17.6.09

“Hay siempre en las calles vacías algo de ese "silencio de enjambre"”


- Walter Benjamin


La niebla llena los espacios vacíos entre los edificios. El frío difumina las vigas contra la noche. Vacía de ecos, la ciudad velada se perfila dormida bajo el manto misterioso.


En la oscuridad, un hombre.

La sombra negra permanece quieta, sólo alterada por el ritmo de una respiración constante. Un hilo de humo se desprende del cigarrillo apretujado y dibuja premoniciones sobre aquel lienzo fantasmal.

La ventisca repentina trae consigo el rumor de una sirena.

El cuerpo encorvado tiembla. Levanta la cabeza. Piensa.

El dibujo se borra y el cigarrillo se desintegra bajo la suela.

Han comenzado.

Tiene que llegar antes de que las paredes se desperecen, antes de que el pavimento delate sus pasos.

Antes de que la ciudad callada despierte
Y comience a hablar.

L.-

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